Fue una buena época, nadie lo puede negar.
Y fingimos no recordarla, porque eso acalla nuestros lamentos pasajeros.
¿Quién no daría lo que jamás ha logrado siquiera ser para volver a ese momento de resplandor?
A esa placentera tranquilidad, aquella sensación de seguridad que hace tiempo ya, ha muerto.
Pues aquí está, mi cielo, tú rascacielos intacto.
Esperando a que te lances al vacío,
A lo oscuro,
A lo eterno.
Buenas noches, mucho gusto, gratos recuerdos.