copyright© Contenido Protegido Reservados sus Derechos.

martes, 12 de noviembre de 2013

Conversaciones en el tren.

Hoy me cruce a alguien.
A pesar de que traté de evitarlo se acerco y me habló. 
Su rostro era maduro comparado con la inocencia que alguna vez aprecié,
había experiencia en su mirada.
Estaba arrepentido y extrañaba "todo". Le creí.
En algún momento <de fingida distracción supongo> tomó mi mano y me hizo sentir otra vez, sólo por un instante, creí volver. 
El problema de extrañar <dije fría, tanto que me dolió sentirme así>, es que uno extraña cosas pasadas, ya vividas. Y eso, es lo único que se puede pretender de alguien como yo. 
Las cosas ya están hechas, ya han pasado, y se han vuelto recuerdos. 
Buenos o malos, da lo mismo. La decepción no se va, asi como las marcas quedan. 
No se quien dañó mas quien. Pero no sirve cuando el amor duele de tal manera. 
No sirve cuando el amor se confunde con odio. 
Esa persona, que tanto creyó conocerme debería saber como soy, debería también, haber recordado eso. 

Pido perdón por hacerte sentir eso. 
Por permitirte amarme, por dejarte llegar a tal insoportable y brutal extremo.
Pido disculpas por no haberme vuelto antes un recuerdo. 
Desearía ser olvido, ser lagrima perdida. 
Convertirme en tu experiencia, ser un cigarrillo en la madrugada e irme,
 perdida en el viento como humo gris. 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Deseo.


¿Sabes que es lo que más deseo en este momento? Que seas infeliz.
Aunque suene feo y egoísta.
Aunque sea cruel y despiadado.
Yo no me merezco nada, pero tú mereces tenerlo todo, y perderlo.
Mereces sentir el mundo cayendo a tus pies, sobre ti y tu poesía barata.
Porque lo amas con las mismas letras y palabras con las que has jurado amarme eternamente.
Porque le agradeces darte la luz que me dijiste te supe dar tiempo atrás.
Mereces tener el cielo en tus manos y poder ver como lentamente se transforma en fuego y te quema. Te carcome tanto que se hacen uno.

No te odio aunque lo anhelo, he de confesar.
Y también acepto, como te lo confirme veces antes, no merezco pizca de amor, no te merezco.
Pero no miento, y no solo el rencor habla por mi cuando cuando te aseguro, tú, tu mereces menos que mis mejores sentimientos, menos que el odio que aún no logro dedicarte.

No mereces nada.

Y te atribuyo mi renovada falta de fe en el amor.
Pues he caído en la artimaña de creer poder ser amada y correspondida, pero más aún, he creído no merecerte por como me querías.

Y me contradigo sí digo que nos merecemos. Pero, estas casi tan abajo como me encuentro.
No miento cuando, y repito, confieso que anhelo con el corazón que aún palpita, sientas el dolor desgarrante y la certeza de que no es más que lo que te corresponde.
Y espero, cuando ese momento llegue, cuando lo pierdas todo y descubras que ha sucedido (finalmente), espero recuerdes mi sonrisa y tus falsas promesas de amor.

Recuérdame y odiame sí eso hace falta, pero recuerdame, porque ese impotente recuerdo es todo lo que te quedará.