copyright© Contenido Protegido Reservados sus Derechos.

martes, 12 de noviembre de 2013

Conversaciones en el tren.

Hoy me cruce a alguien.
A pesar de que traté de evitarlo se acerco y me habló. 
Su rostro era maduro comparado con la inocencia que alguna vez aprecié,
había experiencia en su mirada.
Estaba arrepentido y extrañaba "todo". Le creí.
En algún momento <de fingida distracción supongo> tomó mi mano y me hizo sentir otra vez, sólo por un instante, creí volver. 
El problema de extrañar <dije fría, tanto que me dolió sentirme así>, es que uno extraña cosas pasadas, ya vividas. Y eso, es lo único que se puede pretender de alguien como yo. 
Las cosas ya están hechas, ya han pasado, y se han vuelto recuerdos. 
Buenos o malos, da lo mismo. La decepción no se va, asi como las marcas quedan. 
No se quien dañó mas quien. Pero no sirve cuando el amor duele de tal manera. 
No sirve cuando el amor se confunde con odio. 
Esa persona, que tanto creyó conocerme debería saber como soy, debería también, haber recordado eso. 

Pido perdón por hacerte sentir eso. 
Por permitirte amarme, por dejarte llegar a tal insoportable y brutal extremo.
Pido disculpas por no haberme vuelto antes un recuerdo. 
Desearía ser olvido, ser lagrima perdida. 
Convertirme en tu experiencia, ser un cigarrillo en la madrugada e irme,
 perdida en el viento como humo gris. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario